¿Por qué los impuestos son un robo?
El hombre es dueño de si mismo. Derecho natural del cual goza por su condición de ser humano.
Este derecho no deviene de ningún otro hombre. Tampoco se deriva de ningún gobernante o Estado.
La autopropiedad es una proposición ética y universal.
Cada hombre es dueño de si mismo y este es libre para actuar de acuerdo a su voluntad.
En consecuencia, el hombre también será el propietario de los frutos que se derivan de su voluntad.
¿Cómo podría el hombre ser propietario de si mismo, pero no dueño de lo que su voluntad produce.
¡Imposible!
La vida
Ahora, siendo el hombre dueño de si mismo, este goza del derecho a la vida. Sin vida no es posible reclamar nada.
La vida es una condición natural. Sin embargo, a la vez es una consecuencia de la autopropiedad.
Gozamos del derecho a vivir, porque somos dueños de nosotros mismos. En sentido contrario, "como soy dueño de mi mismo, reclamo mi derecho a la vida".
El robo
Es censurable que un hombre robe la propiedad de otro -, en esto no hay discusión.
¿Pero qué sucede cuando no es un hombre, sino un grupo de hombres que se apropian de lo ajeno.
Igualmente sería un robo, no hay diferencia alguna. El robo sigue siendo robo. No importa el número de ladrones que ejecuten la acción.
Y no habría diferencia si los ladrones todos deciden escoger a su víctima mediante una votación democrática.
Tampoco habría diferencia si ese grupo de ladrones se llaman a si mismos “sociedad” o “gobierno”. El robo sigue siendo robo.
Aunque la víctima no oponga resistencia y haya tenido la oportunidad de hacerlo. Aunque coopere, aunque sonría: el robo sigue siendo robo.
Si el robo existe en la primera instancia, cuando es cometido por un hombre en solitario, lo es necesariamente también en la segunda oportunidad; cuando es cometido por un grupo de hombres.
¿O acaso el número de participantes determina la naturaleza de la acción?
No sucede así, porque el robo sigue siendo robo. Aunque se usen medios indirectos, aunque la víctima se le permita conservar una parte y salga ilesa, el robo sigue siendo robo.
No hay obligación moral
Y si no tenemos el derecho de apropiarnos de lo ajeno, tampoco podemos delegar ese "derecho" en otros.
Porque no podemos delegar en otras personas, un derecho que no tenemos.
En este momento podemos concluir que no existe ninguna obligación moral en pagar impuestos.
De la misma forma que no existe obligación moral en obedecer al asaltante cuando nos pide la billetera.
Lo cual no significa que sea aconsejable no pagar impuestos. Igual que tampoco es aconsejable no entregarle la cartera al hampón cuando nos coloca la navaja en el cuello.
Que paguemos impuestos todos los días o que algunos paguen "voluntariamente", en nada cambia la naturaleza de la acción.
Los impuestos son un robo, porque constituyen una apropiación ilegítima (aunque sea legal) de los bienes ajenos.
Como bien lo dijo el profesor Miguel Anxo Bastos Boubeta, del Instituto Juan de Mariana, comprender la naturaleza malévola de los impuestos es muy importante.
Si los impuestos se tienen como algo "justo" se van a querer más impuestos. Si los impuestos se tienen como algo injusto, se demandarán menos.